Hace pocos días recibí una imagen versada sobre un proverbio chino, que decía: "Dale de comer a un hombre y comerá un día...enséñale a pescar y acabará con todo un ecosistema...dale solo el pez". Este mensaje me hizo reflexionar profundamente sobre el impacto que hemos causado en la naturaleza a lo largo de los años.
El desarrollo de las ciudades y nuestra llamada "calidad de vida" está, en muchos casos, cimentada en el desplazamiento de especies animales de su hábitat natural, producto de la caza indiscriminada, tala y quema, deforestación de grandes extensiones de tierra, fumigaciones...
Hemos convertido bosques en complejos urbanísticos, zonas verdes en áreas desérticas y desplobladas; ríos han desaparecido. Oímos hablar del calentamiento global y sus consecuencias son evidentes, pero insistimos en un consumo energético desmesurado. Aunado a esto, la falta de consistencia en políticas efectivas que hagan del cuidado del medio ambiente, el reciclaje y la preservación, una forma de vida para las sociedades. Es conocido por todos los grandes esfuerzos que organizaciones a nivel mundial realizan, avocándose al problema; ya comienzan a verse resultados y ello resulta alentador, pero aun falta mucho por hacer, por crecer y madurar en esta frágil coexistencia.
Basta con ver "reservas", "zonas protegidas" para comprender que el equilibrio entre el hombre y la naturaleza sigue siendo frágil y voluble.
Lic. Iliana C. Mejías Bolívar
Experto en Medios Digitales. Módulo I. CCV032014
Reporteros Digitales. FATLA
Caracas-Venezuela, 2014
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